¿Qué es y por qué se produce el síndrome post vacacional?
El síndrome postvacacional no está catalogado como una enfermedad, sino como un trastorno adaptativo. En este caso concreto, es el proceso de adaptación a la vida cotidiana y laboral tras el periodo vacacional. En ocasiones, esta vuelta al trabajo puede resultar complicada y puede tener consecuencias en nuestro carácter e incluso en nuestro rendimiento laboral.
Este síndrome se da, sobre todo, en personas a las que no les gusta su trabajo, lo consideran estresante y sacrificado, o tienen una gran falta de motivación. En las sociedades donde el trabajo se considera como algo positivo y digno prácticamente no existe este síndrome. También se da en personas que han tenido unas vacaciones largas, agotadoras, o en la que no se ha descansado adecuadamente y no se ha llegado a tener sensación de relajación y descanso. Suele pasar en las vacaciones en las que se viaja y se hace turismo, ya que la mayor parte del tiempo se está visitando lugares, sin realizar prácticamente ningún día de descanso y relax.
Síntomas del síndrome postvacacional
La adaptación a la vida laboral después de las vacaciones incluye cambios en el día a día, horarios, obligaciones, tiempo disponible para uno mismo. Entonces, ¿Cómo puedo saber si sufro el síndrome postvacacional? O ¿Qué síntomas pueden manifestarse? En ocasiones, este cambio tan brusco puede suponer demasiada presión y en algunas personas se manifiesta con estrés y síntomas físicos como dolor de cabeza, cambios de humor, sudoración o palpitaciones. También puede aparecer la sensación de debilidad generalizada y hastío, así como insomnio por la noche que se refleja en somnolencia durante el día.
La capacidad de concentración se ve menguada y a veces aparece una sensación de angustia vital que perjudica el desarrollo normal del trabajo, así como la toma de decisiones.
Todos estos síntomas pueden afectar al rendimiento en el trabajo y a las relaciones personales, tanto en la pareja, los amigos o con la familia.
Si estos síntomas se alargan más de unos días puede aparecer ansiedad generalizada o estrés crónico y éstos sí que pueden suponer un problema psicológico.
Consejos para mejorar el síndrome post vacacional
A continuación, te indico algunos consejos para mejorar este periodo de adaptación y conseguir que sea lo más breve y lo menos desagradable posible:
- Si tu trabajo te lo permite, empieza a trabajar de forma gradual: intentando realizar tareas menos tediosas o desagradables, para poco a poco ir incrementado la intensidad del trabajo.
- Durante los primeros días de incorporación al trabajo, ordena las funciones a realizar por prioridad, intentando que no se produzca un caos incontrolable de tareas pendientes.
- Intenta realizar actividades agradables durante la semana para que se haga menos pesada.
- Duerme al menos 7 u 8 horas.
- Mantén horarios regulares, tanto en las comidas como en las horas de acostarte y levantarte.
- Intenta desconectar del trabajo cuando llegues a casa. No contestes mensajes ni emails.
- Realiza ejercicio físico a diario.
- Mantén una actitud positiva.
- Practica técnicas de relajación, ya sea con la respiración o mindfulness.
- Piensa que es un periodo corto de adaptación y que es un estado mental pasajero.
El objetivo de todos estos consejos es conseguir que la vuelta a la vida “real” sea lo menos brusca posible y para ello, la organización y la actitud positiva son lo más importante.
Para evitar que aparezca el síndrome postvacacional se puede poner en práctica algunos trucos fáciles y sencillos:
- Programa y planifica la vuelta de las vacaciones, con todo lo que ello implica: planificar y organizar todas las obligaciones fundamentales del trabajo y la organización familiar de los niños y la casa.
- Si pasas tus vacaciones fuera del hogar de residencia habitual, intenta dentro de lo posible volver a casa un par de días antes de empezar a trabajar, para que la vuelta al trabajo y a la rutina no sean tan radicales.
- Se recomienda dividir las vacaciones en varios periodos, para que no se dé un hartazgo de ellas y se mantenga la ilusión de que todavía quedan más periodos de vacaciones. De esta forma también se evita una desconexión absoluta de la vida cotidiana.
Es importante saber, que el síndrome postvacacional no suele durar más de dos o tres semanas. Si se alarga más de un mes, puede dar lugar a una ansiedad generalizada o estrés crónico. Cuando aparecen estas patologías resulta conveniente visitar a un psicólogo para que realizar una evaluación del caso concreto y proponer el tratamiento adecuado.