Cómo relajarse cuando no tienes tiempo

Cómo relajarse cuando no tienes tiempo

https://youtu.be/14Ys9e10tPU

Cada vez vivimos la vida más rápido y parece que tener tiempo para relajarse es imposible.

Te pongo un breve ejemplo «Los buenos días de Sara»

Sara es una mujer trabajadora que se levanta agotada por las mañanas porque ya la misma noche le costó dormir. Se levanta apurando los últimos minutos del despertador y, sin más tiempo, se ve obligada a cumplir con sus obligaciones matinales corriendo. ¿El desayuno? Un café que bien se bebe por el camino o en el trabajo.

La forma en la que nos despertamos suele ser un reflejo de cómo nos organizamos nuestro día.

¿Cómo crees que Sara llevará el resto del día? Corriendo a todas partes siempre llegando tarde. Dispersa que deja lo que está haciendo por cualquier “interrupción” y cuando quiere darse cuenta ya no se acuerda ni de lo que estaba haciendo.

Te voy a contar lo que aprendí y compartí con Sara.

Aunque no tener tiempo para relajarse importa la clave está en los hábitos que forjas con tu actitud diaria

¿Que pasa cuando te vas a la cama? Crees que por fin es el momento de poder soltar y relajarte pero apuesto a que muchas veces que te vas a la cama tu actividad mental se dispara y va a 100 hora.

¿Cómo vas a conseguir relajarte si acostumbras a ir corriendo a todos los lados y dejas que tu mente vaya a 200%? Luego llegas a la cama y que ocurre? Que tu cabeza no para de darle vueltas a tus preocupaciones.

Es normal, tu cuerpo aprende y tu cerebro hace exáctamente lo que le enseñas. Si le enseñas a ir rápido, a preocuparte u obsesionarte – aunque sea innecesariamente – cuando llegue el momento en que quieras un respiro para ti te resultará imposible.

Puede que incluso llegues a normalizar este estilo de vida y creas que relajarte es un lujo inalcanzable

Te animo a que tomes responsabilidad de tu manera de vivir y consigas relajarte cuando lo necesites aunque no tengas tiempo

Pautas básicas para relajarte cuando no tienes tiempo

Parto del principio que tienes la agenda llena y que dedicarte un momento para ti lo ves inviable. Bien, esto aunque es ponérselo difícil no hace que relajarse cuando no tienes tiempo sea imposible.

Si tiendes a centrar tu atención en la actividad mental cuando te quieras dar cuenta te encontrarás soñando, divagando, haciendo planes para el futuro intentando resolver tus próximos problemas, o incluso pensando en cosas del pasado como lo que has dicho o hecho y deberías haber dicho y hecho en su lugar. Si te das cuenta, lo que estas haciendo es centrarte en tu propia narrativa y te priva de la riqueza del momento presente.

Centrarte en tu narrativa en vez de tu experiencia inmediata es una forma de intoxicarse el momento presente con tu actividad mental. La diferencia para vivir el presente está en donde focalizas tu atención. Actividad mental vs nuestras sensaciones corporales.

Aprende a dejar los pensamientos de lado para atender tus sensaciones corporales y la información que captas a través de tus sentidos. Así podrás relajarte en tu apretada lista de tareas.

Una pausa de 3 minutos puede ser más que suficiente para conseguir esto ¿Y tú ahora ya sabes como hacer esto verdad? Si todavía no lo sabes descárgate gratis mi guía: “Técnica de relajación basada en Mindfulness” que te muy irá bien.

Con la práctica podrás comprobar como mejoras:

  1. Tu regulación emocional
  2. Tu capacidad de atención
  3. Tu toma de decisiones
  4. Tu relación contigo mismo y con los demás

Incluso cambia como te ves a ti mismo como expone este artículo en inglés de la Escuela de Medicina de Harvard. Increíble ¿eh?

No saltes a tu siguiente tarea sin tu micro-descanso

A lo largo del día hay un montón de momentos que te ayudarán a parar, observar y tomarte ese respiro para ti. Sí, incluso en tu apretada lista de tareas en la que ni tu, ni tu tiempo libre aparecéis.

Cualquier momento para relajarse es bueno sobre todo si es un cambio de actividad. Aprovecha los inicios o cambios de actividad para relajarte, prepararte y poder actuar en congruencia.

No saltes de una actividad a otra sin tu micro-descanso, tu cuerpo no es una máquina multitasking.

Te voy a explicar algunos ejemplos de situaciones cotidianas para que los aproveches y pongas todo esto en práctica.

Algunos ejemplos para relajarte cuando no tienes tiempo

En el baño del trabajo

¿Te sientes tenso? Entonces te recomiendo que te tomes un micro-descanso para relajarte en los baños.

Son el mejor lugar para refrescarse si no puedes salir a tomar el aire o sencillamente parar. Además es discreto y un lugar ideal para tomarte 3 minutos para poner en práctica la técnica de relajación basada en Mindfulness.

Deja pasar todos tus pensamientos sin dejarte llevar por ellos cayendo en el análisis o en los juicios de valor. Evádete y tan solo presta atención a tus sensaciones corporales. Podrás comprobar como un pequeño descanso te permitirá serenarte y volver para estar al 100%.

Cuando vuelvas a tu puesto de trabajo sigue prestando atención a tus sensaciones corporales con el fin de mantener de mantener la paz.

En un atasco

Si te encuentras en un atasco recuerda que las emociones son contagiosas y es fácil que los demás conductores te intoxiquen con su estrés.

Cómo dice Harvard Business Review, es una buena opción tomar unas respiraciones profundas para soltar tensión y centrarte en las sensaciones corporales.

Puedes ayudarte centrando la atención en tu respiración y la sensación del tacto: Las manos en el volante, el asiento, la ropa, los pies y poco a poco puedes abrir tu foco de atención a los sonidos, que no ruidos. La palabra ruidos lleva una connotación negativa. Comprobarás cómo quitándole esa connotación negativa se hacen más llevaderos… Y por su puesto nada de móviles :).

En la ducha

Un lugar perfecto porque es un momento íntimo y para ti. Estas solo y sin obligaciones. Mira, una pregunta ¿Cuantas veces en esta última semanas de verdad has estado en la ducha sin pensar en nada más que en lo que estas haciendo? Ducharte. Sin pensar en tus jefes, obligaciones, familia lo que sea…

Cuando estas en la ducha, no estás con ellos, así que déjalos fuera y céntrate en la actividad de ducharte y respeta ese momento personal para ti.

En el transporte público

Aunque esté repleto es posible relajarse. Tu mente siempre se va a centrar en lo malo, no lo olvides. La clave está en hacer un esfuerzo consciente en disfrutar de los buenos detalles del trayecto.

Fíjate en el recorrido que haces aunque sea el de siempre. Obsérvalo como si fuera la primera vez que lo hicieras. Comprobarás que hay detalles que han cambiado y que incluso podrás captar buenos momentos que de normal te pasan desapercibidos.

Así te será más fácil olvidar los empujones, los pisotones o los aromas matinales de las personas.

Caminando por la calle

Si puedes elige este medio para desplazarte, a mí me parece un lujo.

No es cuestión de ir corriendo a los sitios, sino de apreciar y vivir la acción de caminar.

Prueba a caminar a tu ritmo, aunque llegues tarde y vayas a un paso acelerado. Sin música. Intenta permanecer contigo durante el trayecto y no hagas nada más que sentir tu cuerpo caminando.

De hecho puede que hasta tengas la oportunidad de captar aromas agradables en plena ciudad.

En la sala de espera

No estés recitándote tu «speech» o imaginándote las malas noticias que te puedan dar. Se que es difícil cuando lo que está apunto de pasar es importante para ti pero créeme, es lo mejor.

Bloquea tus pensamientos, no hagas caso de tu actividad mental y céntrate en tus sensaciones físicas o los estímulos que puedes captar a través de tus oídos y tus ojos.

Por ejemplo mirar por la ventana, apreciar el decorado,por la que mirar o un decorado que apreciar.

En el ascensor

Esto es parecido a la sala de espera.

Aprovecha tanto la espera del ascensor como el tiempo dentro para soltar y relajarte.

Olvídate de lo que haya o vaya a pasar. Cuando se abran las puertas, entonces ya veremos.

Antes de entrar en casa

Si vas sólo, te animo a que te dediques un momento antes de entrar. 3 Minutos son más que suficientes para desconectar, dejar de lado los problemas que no son de casa y dedicarte una sonrisa.

Invítate a deshacerte de toda la carga que llevas de fuera y estar en casa con las cosas que pertenecen al hogar.

Mi conclusión

Como puedes ver en todos los casos es posible relajarse cuando no tienes tiempo. Lo que te estoy sugiriendo es que dejes tu actividad mental de lado, en segundo plano, y lleves tu atención a la información que captas a través de tus sentidos o a las sensaciones corporales.

Hay personas que les va más centrarse en las sensaciones corporales como la respiración, y otras que les va más centrarse en los sentidos como la vista o el oído. La cuestión es poner el foco de atención fuera o dentro del cuerpo minimizando el caso que le hacemos a nuestra actividad mental.

¿Que te va mejor a ti? Te animo a que compartas tu experiencia 🙂

Te sugiero que leas este otro artículo: beneficios Mindfulness científicamente demostrados

Un abrazo,
Ángel

2 comentarios en “Cómo relajarse cuando no tienes tiempo”

  1. Hola, la verdad es que acabo de probar ahora mismo en el coche, antes de subir a casa, atender a mi hijo de 4 años y seguir con las tareas pendientes… Estuve unos 20minutos y para mi ha sido un gran cambio a mejor. He abierto la ventanilla, escuchado los pájaros por un momento, he sentido el aire como recorre mi piel, y ale, a subir de nuevo. De momento no se como acabare el día pero puedo decir, que subo a casa con más fuerza y ánimo. Gracias por tu consejo, lo voy a poner en práctica a partir de ahora.

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